Acerca de la biodiversidad

En tan solo 50 años la humanidad ha conseguido acabar con el 68% de la vida salvaje. Según la ONU, un millón de un total estimado de ocho millones de especies están siendo amenazadas con la extinción. Si no actuamos pronto, podríamos estar al borde de la 6ª extinción masiva de la historia. En pocas palabras, nos encontramos en medio de la mayor crisis de biodiversidad en millones de años. Lo bueno: que todavía no es demasiado tarde para arreglarlo.

Los datos son claros. La biodiversidad, o la variedad de todos los seres vivos de nuestro planeta, está en grave peligro. Esto no sólo supone una catástrofe para la flora y fauna de todo el mundo, sino también para nosotros. Gracias a la biodiversidad disponemos de los recursos que cada día damos por sentado: aire, agua fresca, suelos de buena calidad y polinización de cosechas. Cada organismo posee un papel fundamental en el ecosistema, ya sea convirtiendo rayos de sol en energía aprovechable para otras formas de vida o descomponiendo materia orgánica en nutrientes para el crecimiento de plantas. Si quitamos a una sola especie de la ecuación, la cadena alimenticia se podría ver afectada y las consciencias serían impredecibles. Por eso, es importantísimo preservar la biodiversidad.

¿Pero cómo detenemos esta crisis? La solución es bastante sencilla y, como con cualquier cosa que nos propongamos, la podemos alcanzar. La WWF publicó en 2020 un informe señalando las cinco mayores causas de la pérdida de biodiversidad: cambios en el uso de la tierra (ej. deforestación, monocultivo intensivo, urbanización); contaminación; cambio climático; especies exóticas invasoras; explotación directa (ej. caza, sobrepesca). Para acabar con el deterioro de la biodiversidad basta con abordar cada uno de estos problemas.

Lo sabemos, queda mucho por hacer. Pero el lado positivo es que cada acción cuenta y nos acerca un poco más a estos objetivos. Como ciudadanos, existen formas de actuar, ya sea reduciendo nuestra huella de carbono, plantando árboles, respetando los hábitats locales o tomándonos duchas más cortas. Como organización, en MAPF podemos seguir apoyando proyectos como los que ya tenemos sobre la protección de especies como pájaros y abejas (te recomendamos que les eches un vistazo). Como país o unión europea, podemos seguir aprobando leyes como la que propuso el Parlamento Europeo el pasado enero para la protección de al menos el 30% del territorio de la unión.

Nos encontramos en un punto de inflexión. Lo que hagamos durante los próximos diez años repercutirá sobre los siglos venideros. Queda mucho por hacer, pero si algo hemos aprendido de nuestra especie es que juntos nuestro potencial es infinito. La salud de nuestro planeta, incluida la nuestra, está en juego.